domingo, 4 de marzo de 2012

[Con firma] Impuestos y gastos sociales: las apariencias engañan.

Incluimos, dentro de la serie [Con firma] este artículo del profesor de análisis económico de la Universidad de Zaragoza Pedro García Castrillo, que ya ha sido ponente en la Universidad de la plaza del 15-M de Huesca. Tras su lectura, probablemente tendrás más motivos para participar en la manifestación del 25-Marzo (12,30h. Pza. Navarra), que bajo el lema  “ S.O.S. Las personas primero” defenderá los derechos sociales y los servicios públicos, y reclamará el fin de los recortes a una semana de que se presenten los, previsiblemente muy restrictivos, Presupuestos del Estado.



El sistema público de pensiones es insostenible, al gasto sanitario hay que ponerle coto y la ayuda a la dependencia es un lujo asiático. ¿Guarderías? Si no hay para primaria o secundaria, cómo acometer semejante dispendio. ¿Parados? No se les puede subvencionar siempre porque se acostumbran a vivir del cuento.  De los sin hogar, los ex presos y marginados, los enfermos raros, los drogodependientes y ludópatas que se encargue la beneficencia, que la caja no llega para todo. España se encuentra a la cabeza de Europa en materia social, se ha llegado todo lo lejos que se podía y está demostrado que nuestro estado del bienestar es insostenible, así que es preciso recortar estos gastos improductivos. Y más ahora en tiempos de crisis.

Este tipo de mensajes, con más o menos educación o vehemencia, pueden oírse en las tertulias de los medios y en las barras de bar. ¿Están en lo cierto? No se trata de dar otra opinión o una apreciación subjetiva basada en casos particulares.  Para dilucidar la cuestión los datos oficiales son el juez más imparcial. Usemos los que proporciona la oficina estadística europea (Eurostat) para situar a España en el contexto internacional más cercano: los 27 países de la Unión.

Gasto social

La forma más simple de valorar el gasto social es ponerlo en relación con el número de habitantes. ¿Cuánto se gasta por persona? En el cuadro 1 figura, con datos de 2007, el ranking de países ordenado por los euros per cápita destinados a protección social. España se encuentra en mitad de la tabla, y el pelotón que le sigue se compone de Portugal, Chipre, Malta y la constelación de países orientales.  Usando la calculadora puede concluirse que el gasto promedio de la UE-16 supera el español en un 76%, y que aún contabilizando a los países recién integrados en la unión, el promedio nos supera en un 43%.  Los líderes, como Dinamarca o Suecia, nos doblan. Podemos estar en cabeza, pero de la segunda división.
Cuadro 1

Habrá quien argumente que los países nórdicos son más ricos que nosotros y que por eso dedican más fondos. Para comprobarlo basta con obtener el porcentaje de la renta anual (medida por el PIB) que dedica cada país a protección social, como figura en la tabla 2. La posición relativa de España no se altera en lo esencial, pero queda de manifiesto que destina poco más de 20 euros de cada 100, cinco por debajo del promedio, cuando Francia o Suecia aplican alrededor del 30%. No sólo son más ricos sino que consagran a gasto social una porción de su renta mayor. También nos superan países como Grecia, Portugal, Eslovenia o Hungría, cuya renta per cápita es menor que la nuestra [Datos de 2007].

Cuadro 2

Si en el conjunto del gasto social España dedica menos recursos que sus vecinos, algo similar ocurre cuando se va al detalle. Los datos relativos a vejez, a sanidad, a discapacidad, a educación, a exclusión social son vistas parciales de la foto global (en observatoriosocial.org pueden consultarse muchos de ellos).

A España le queda un largo recorrido en política social para acercarse a quienes tantas veces nos ponen de ejemplo. No se puede decir que  sea imposible ya que ellos lo han hecho antes que nosotros. Y lo hicieron cuando tenían menos recursos que nosotros ahora. Es una cuestión de voluntad política.

Impuestos

Pero enseguida nos dirán que la presión fiscal es insoportable y que nos fríen a impuestos y que para que haya gasto ha de haber ingreso. De nuevo, dejemos a un lado los sentimientos y vayamos a los datos. El cuadro 3 muestra los porcentajes que representan los ingresos públicos en el PIB, separando los impuestos que gravan renta y riqueza (en azul) del resto. La primera conclusión es de escándalo: sólo pagan menos que España en Eslovaquia, Lituania, Rumania, Bulgaria, Irlanda y Letonia. La segunda es que sólo tres países de la UE-16 tienen una imposición directa (que grava renta y patrimonio) inferior al 10% del PIB: España, Grecia y Portugal, lo que implica que la mayor parte de los recursos proceden de cotizaciones sociales (ligeramente regresivas) o de imposición indirecta y tasas que se pagan casi a escote, con independencia de la renta de cada cual. De modo que el sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que ordena la constitución es agua de borrajas.


Cuadro 3. Ingresos públicos como porcentaje del PIB. 2010

“…el sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que ordena la constitución es agua de borrajas.”
A ello se le puede agregar que, en España, la progresividad del IRPF es sólo para los salarios, que los empresarios eligen si cobran mediante sueldo o con dividendo, que las rentas del capital tributan menos que las del trabajo, que los profesionales liberales y autónomos (abogados o dentistas, hosteleros o taxistas) ganan once mil euros al año(la mitad del salario promedio), que de las desgravaciones fiscales se benefician mucho más los que tienen que los que no, que los patrimonios se esconden en sociedades y las sociedades en paraísos fiscales, que en las capas altas el fraude es generalizado y puedes irte de rositas aunque tengas 94 cuentas corrientes y te haya tocado nueve veces la lotería.
…han logrado darle la vuelta al papel redistribuidor que corresponde al Estado. Asaltan los bolsillos de los pobres para llenar las carteras de los poderosos.”
Es más si se compara el cuadro 2 con el 3 se concluye que no todo el ingreso va a gasto social. La pregunta pertinente es ¿dónde va el resto? A gasto productivo dirán algunos. Una parte puede que sí. Pero otra se destina a subvencionar autopistas de peaje a las que hay que rescatar de la quiebra, a la construcción de puertos para yates y aeropuertos sin aviones, a subvencionar compañías aéreas de bajo coste, a infraestructuras ferroviarias de alta velocidad que el currela común no puede usar por su precio, a cacharros diversos (como el carro de combate Leopard, las fragatas F-100 de la armada, el avión Eurofighter o el Helicóptero Tigre), a subvenciones ordinarias y extraordinarias a la iglesia católica, a fondos de rescate bancarios y a otras bagatelas similares de gran utilidad para el ciudadano corriente.

En resumen: han logrado darle la vuelta al papel redistribuidor que corresponde al Estado. Asaltan los bolsillos de los pobres para llenar las carteras de los poderosos. Con bendición papal, por supuesto.


Pedro García Castrillo
Profesor de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza

(Este artículo ha sido publicado anteriormente en la revista zaragozana La calle de todos, oct. 2011. Si quieres publicarlo dirígete a su autor, en el correo pgarcía de unizar.es)
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#LasPersonasPrimero
“ S.O.S. Las personas primero”
"Por los derechos sociales y los servicios públicos"
"Basta ya de recortes"
Manifestación. 25 de Marzo, 12,30h. Pza. Navarra.

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